sábado, 12 de febrero de 2011

Capitulo 3: Sam

A  partir de ese momento Paula se unió a la vida de Eff y Sam, paso de estar encerrada en su habitación a estar siempre fuera y perder la noción del tiempo. Las cuatro paredes que formaban el espacio donde llevaba encerrada mas de dos meses pasaron a segundo plano. Cuando no estaba fuera dedicaba su tiempo al negocio de las drogas que habían empezado sus compañeras de piso, y a partir de ese momento sus amigas, en el siniestro salón de su apartamento. Incluso dormían en los colchones que tenían en el comedor, a su habitación solo entraba cuando llevaba a casa los numerosos tíos que metía en su cama casi cada noche borrosa por las drogas, la mayoría de veces cuando se levantaba ya no estaban, si no los echaba.
Las drogas le hacían olvidar todo su pasado, y aunque siempre había sido responsable y sabía todas las repercusiones de tomarlas a ese ritmo pero la compensación era demasiado grande, pero todo cambió el día de su vigesimocuarto cumpleaños.
Aquel día Paula se despertó sobre la una del mediodía como solía hacer siempre, Sam seguía durmiendo a su lado i no veía a Eff por ningún sitio, seguiría de fiesta, siempre era la que volvía más tarde. Se dirigió hacia la nevera para comer o beber alguna cosa, pero cuando la abrió estaba vacía a excepción de una botella de whisky barato que le hizo entrar nauseas. Cerró la nevera y volvió al comedor donde Sam ya se había despertado y se rascaba la cabeza mientras bostezaba.
Paula se quedo mirando cómo se levantaba e iba al lavabo corriendo para vomitar,  mientras la miraba se dio cuenta que en realidad casi no tenía relación con ella. Cuando estaban las tres juntas todo era normal, hablaban, se reían y se divertían juntas sin ningún problema pero cuando tenía algún problema siempre recurría a Eff y hasta ese momento no se había dado cuenta. Fue al lavabo a ver como se encontraba y la encontró sentada en el suelo llorando desconsoladamente, se puso a su lado y le cogió la mano pensando que le había entrado el bajón de las drogas y que ya se le pasaría. A la hora de estar en el baño vio algo en la papelera que le creó un nudo en el estomago y se marchó a la habitación dejando a Sam sola con sus problemas.
Alrededor de las cinco se secó las lagrimas y fue a buscar a Sam para hablar con ella, seguía en el baño y aunque no lloraba tenía los ojos rojos e hinchados y la mirada perdida.
- ¿Estás embarazada? – a Paula le temblaba la voz, eran demasiados recuerdos los que le venían a la cabeza y le era casi imposible aguantar el dolor. Sam volvió a sollozar.
- Estás embarazada – Paula tenía los ojos clavados en ella y todo empezó a darle vueltas, se desplomó frente a ella y así se quedaron horas y horas sin decirse nada.

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