domingo, 16 de enero de 2011

Capítulo 1

Paula estaba muy intrigada, Jorge la había citado en aquel restaurante tan lujoso que había dos calles mas abajo de su apartamento, y aunque él era un abogado de prestigio nunca solían ir a sitios como aquellos, cosa que hacía que tuviera un mal presentimiento. Cuando vio sobresalir el cartel que llevaba el nombre de La Maison se quedó inmóvil y algo le dijo que no entrara pero ya llevaba sus veinte minutos habituales de retraso y Jorge estaría impaciente.
    Cuando  al fin cruzó la puerta se sintió terriblemente incomoda. sabía que no pertenecía a sitios como aquellos pero se sorprendió de lo mucho que le costaba avanzar ya que siempre había considerado que no le importaba lo que la gente pensara de ella, pero parecía que no era así.
    Se acercó a un camarero que rondaba los cuarenta años especialmente estirado que tenía cerca y le preguntó donde podía encontrar al señor Brighton, le resultaba extraño llamarlo así pero supuso que allí no conocerían su nombre de pila, Sin decir ni una palabra y sin apenas mirarla señaló con un dedo una mesa del fondo y fue hacia una mesa que acababa de cerrar sus cartas. Avanzó entre las mesas y al final dio con él.

    - Hola Jorge - Su voz sonaba tan fina y temblorosa que ni ella misma se reconoció.
    - Hola Paula - Su sonrisa era tímida y mas nerviosa de lo normal, ya que en la mayoría de ocasiones su presencia no dejaba indiferente a nadies, seguro que era un gran abogado aunque en los dos años que hacía que lo conocía nunca lo había comprobado con sus propios ojos.
    - Estas preciosa - Sonaba sincero aunque ella sabía que no era verdad, no pertenecía a ese mundo por lo tanto su ropa tampoco, y después de estar mas de una hora buscando en su armario escogió lo que más elegante parecía aunque indudablemente no llegaba a la altura del lugar. Lo mismo le pasó con el maquillaje, hizo lo que pudo con lo que encontró tirado en su baño pero no consiguió un gran resultado.

    Después de darse un ligero beso cogieron sus respectivas cartas y empezaron a ojearlas. Era capaz d entender la mayoría de los nombres de los platos de la carta porque el francés se parecía mucho a su idioma natal, el catalán, pero eran pocos los platos que había probado alguna vez y ninguno frecuentaba su menú habitual, se acabó decidiendo por una ensalada y un filete. Un camarero joven y mas simpático que el anterior se acerco a tomar nota y luego el silencio se apoderó de la mesa.

    - ¿Qué tal tu día? - Dijo Paula en un intento de rompe el hielo - ¿Mucho trabajo?
    - Mmmm... bueno... si, como siempre- Contestó Jorge distraído, y el silencio volvió a cobrar vida.

Cuando llegó la ensalada, mucho mas pequeña de lo que el precio dejaba imaginar, no pudo mas.

    - ¿Por qué me has traído aquí? Mi cumpleaños fue la semana pasada - Del cual solo tenía el recuerdo de llegar a las siete de la mañana borracha a casa con sus amigas, cumplía 30 años y eso merecía una celebración a la altura, intentar parecer una niña para para ocultar que se estaba haciendo vieja.

    - Ya, lo se... no es eso. Mientras titubeaba empezó a rebuscar en el bolsillo de su americana y Paula empezaba a temerse lo peor, entonces sacó una cajita.
    - Paula, ¿Quieres casarte conmigo? - Jorge abrió la pequeña caja y ante ella apareció un anillo con un gran brillante en medio que debía tener un precio desorbitado.

    Paula se quedó inmóvil mirándolo mientras él le devolvía una mirada llena de intriga, Casarse no encajaba en sus planes ni tampoco en sus ideales, siempre lo había considerado anticuado y un trámite burocrático innecesario, un papel que como única función tenía hacer mas difícil separarte de tu pareja cuando hacia falta hacerlo, Seguía sin decir nada cuando se acordó de sus veintidós años, de cuando se fu de Barcelona jurandose a si misma que nunca volvería a depender de un hombre y que seria libre para siempre, sin mas complicacions.

    - Sí, me casaré contigo- Jorge sonrió y la besó, seguidamente deslizó el anillo en su dedo y sintió el peso del enorme brillante sobre él.


  

5 comentarios:

  1. veo raro que lo haya aceptado, cuando no quiere ataduras.
    Empezamos bien la blognovela, me gusta.

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  2. Bueno, para empezar Felicidades por el BLOG. Un consejo, no escribas porque le guste o le disgute a la gente. Escribe porque te gusta a ti. Si escribes y a ti te gusta y sigues y sigues escribiendo, terminará por gustar a la gente.

    Sobre tu texto, pues el primer consejo es que acortes las oraciones. No puedes meter frases de 4-5 líneas. Tienes que separarlas con más puntos para que todo fluya mejor.

    Mi apoyo para que continues la historia.

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  3. Me ha gustado mucho el relato. ¿Qué pasara despues? Te sigo desde ya, soy tu seguidora número 2.

    Estoy de acuerdo con Jagher1980 en lo de las oraciones, pues al leer se hace todo un amasijo, por lo menos en mi mente.

    Nos leemos!!

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  4. Está claro que aceptó porque todas las mujeres aceptan en esas circunstancias. Con respecto a las oraciones yo encuentro que están bien, se debe narrar como uno es por dentro.

    De todas formas, tu estructura de novela, aunque bien narrada, da la impresión que es muy cotidiana, puede que falte algún altibajo, no se... preferiré seguir leyendo hasta que pasé lo que prometes ;)

    cheers

    Antípoda (el de Foro de literatura)

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  5. Si de momento tiene un tono bastante lineal pero como puedes ver ya en el capítulo 2 parte una las cosas vienen complicándose un poco más ! :)

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